lunes, 1 de julio de 2013

Del "Jogo Bonito" al "Jogo Intenso"



Ayer la selección de Brasil venció 3-0 a su par español en el mítico estadio Maracaná por la final de la Copa Confederaciones en un encuentro que seguro pasará a la videoteca de todos los rivales futuros de la selección ibérica.
No sólo el gran resultado es lo que llama la atención y querrán imitar los demás equipos. Sino que lograron desarticular una de las mejores, si no la mejor, media cancha del mundo. Xavi nunca tuvo el dominio del balón ni los tiempos, la presión era constante sobre el 8 de España y lo sintió bastante. Tampoco Iniesta tuvo espacio ni tiempo para desbordar y generar huecos como acostumbra. Entre la constante y frenética presión de la canarinha y las faltas sistemáticas para cortarle el ritmo a los españoles el partido nunca estuvo donde lo quería y está acostumbrado a tenerlo Vicente Del Bosque.
Quizás los de Scolari no tuvieron el mejor parado táctico al que ha tenido que enfrentar la Roja pero el sacrificio e intensidad que impusieron los brasileños hacia que la falta de orden fuera más un arma que un problema para su causa. Por su parte, España no supo nunca como quitarle ritmo o ese ímpetu que los brasileños mantuvieron prácticamente durante todo el encuentro.
El partido no pudo empezar mejor para las aspiraciones de la verdeamarela apenas habían pasado 95 segundos cuando un buen centro desde la derecha de Hulk encontraba una serie de rebotes en el área chica y desde el suelo Fred la mandaba a guardar ante la indecisión de Íker Casillas.
Primer gol que recibía España en una final, las anteriores las saldó por 1-0 (Euro 08 contra Alemania), 1-0 (Mundial 10 contra Holanda) y 4-0 (Euro 12 contra Italia). Por lo que mentalmente era un escenario en el que nunca se había encontrado y era demasiado temprano en el encuentro.
Brasil aprovechó el desconcierto español para todavía sacarlos más del partido. Con la ya mencionada presión en toda la cancha y faltas constantes España nunca tuvo reacción y cuando agonizaba la primera mitad, luego de que David Luiz evitara el empate de Pedro en la línea, Neymar ampliaba la ventaja.
El segundo tiempo arrancó casi igual al primero, con gol de Brasil apenas empezando, éste a los 112 segundos de reanudar el partido y parecía que todo estaba sentenciado. Por si fuera poco, Sergio Ramos falló un penal al minuto 55 dejando ir la mejor oportunidad para acortar distancias.
Con ese fallo España pareció perder las pocas esperanzas restantes y los minutos finales fueron sólo un trámite donde todos querían que se acabara el encuentro por razones distintas. Los locales para festejar y los europeos para volverse a casa y evitar una mayor humillación.
Marcador abultado es cierto, pero lo más impresionante y notable fue el dominio que mostró Brasil sobre un equipo que no sólo había mostrado pocas fallas y perdido muy pocos encuentros, sino que además esas veces que había fallado parecía más por accidente o casualidad que una verdadera superioridad del rival.
En semifinales ya Italia había avisado y quizás mereció más fortuna durante los 90 minutos pero le faltó contundencia en ataque. Brasil, con una fórmula similar, logró poner fin a casi 30 partidos consecutivos de la Roja sin ser derrotados. Mucho tendrán tanto rivales como el propio Vicente del Bosque que analizar de lo ocurrido en Brasil durante la Copa Confederaciones, ya que si quieran revalidar el título de campeones mundiales tendrán que aprender a contra restar el juego físico y de presión alta además de músculo en medio campo contra lo que se han visto vulnerables.

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