¿Por dónde empezar a analizar un Súper Tazón
que sorprendió a todos? ¿Por el nervioso y terrible arranque de la ofensiva de
Denver? ¿Por cómo Pete Carroll estuvo 5 o 6 pasos delante de su rival John Fox
en cada estrategia y jugada del partido? ¿O por cómo la defensiva nunca perdió
el control del partido? Difícil decidir cuando hubo tantas cosas que pasaron y
que llevaron a una de las masacres más grandes en la historia del Súper Tazón.
En el papel estábamos frente a uno de los
duelos más parejos posibles en la historia; de hecho, sólo una vez se habían
enfrentado la mejor ofensiva del campeonato contra la mejor defensiva. Y no
sólo eso, sino que además la ofensiva de los Broncos había establecido una
nueva marca en yardas totales, puntos obtenidos y TD aéreos.
Mientras que la defensiva de los Halcones
Marinos no sólo había sido infranqueable sino que además se especializaron en arrebatar
balones a sus rivales lo cual dejaba sólo una pregunta en mente de todos.
¿Qué sucede cuando una fuerza indetenible choca
con un objeto inamovible?
Pues la respuesta la dieron los chicos de Pete
Carroll y fue “La fuerza indetenible es
destruida totalmente”.
Desde el primer minuto, la primera jugada, se
vieron los nervios en los jugadores de Denver. Y su respuesta no fue la mejor,
pues después de verse abajo 5-0 muy temprano en el encuentro, Peyton Manning
empezó a “forzar” pases. Cosa que contra esta defensiva se paga muy caro.
Después de una primera mitad sencillamente
arrolladora de los Halcones Marinos de Seattle. Los Broncos se fueron al
descanso 22-0. La mayoría pensábamos que el descanso le vendría de maravilla a
John Fox para poder hablar con los suyos, tranquilizarlos y tratar de
reencaminar las cosas.
Pero una vez más la primera jugada fue un golpe
anímico, ahora fulminante, para Denver. Pues en la patada para reiniciar el
juego Harvin la llevo todo el camino para el touchdown y dar una ventaja de
29-0 a Seattle.
El resto del encuentro fue simplemente un buen
manejo por parte de Seattle y un intento desesperado por Manning y compañía por
remontar un resultado que ya todos sabíamos que era definitivo.
Por honor, Denver consiguió anotar y buscar un
resultado más acorde a sus capacidades. Pero la herida era demasiado profunda y
los Broncos terminaron sucumbiendo ante los Halcones Marinos por 43-8, uno de
los resultados más abultados de la historia del Súper Tazón.
Mención especial para el “jugador 12” de
Seattle, una de las mejores aficiones en todo el deporte. Este año han
establecido marcas de ruido en su estadio al grado que los rivales han tenido
que usar tapones especiales en los oídos para no ser demasiado aturdidos.
Como “regalo” la compañía fabricante de aviones
Boeing, cuya base se encuentra en Seattle, decidió rendirle un tributo a sus
Halcones Marinos y a la fabulosa afición. Aquí un par de fotos del avión
decorado por Boeing y la ruta de vuelo que tomaron.
Felicidades a todos los seguidores de los
Halcones Marinos y a los habitantes de esta ciudad norteamericana, que el único
festejo que tenían en su historia era un campeonato de NBA conseguido por los
Supersonics en 1979.
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