Ayer se
celebró la vuelta de la final de la Copa Santander Libertadores, el encuentro
se disputó en el Pacaembú en Sao Paulo
Brasil. La ida, jugada en La Bombonera en Buenos Aires, nos había dejado un 1-1
en el global con lo que el conjunto brasileño mantenía el invicto aunque
recordemos que los goles de visitante en la Libertadores no tienen ningún
valor, por lo que el 0-0 en la vuelta nos llevaría a tiempos extra.
El
encuentro estuvo rodeado de mucha polémica en la previa; el estadio no cumplía
con las condiciones establecidas por la CONMEBOL para una final de este torneo,
problemas entre los hinchas de Boca y los del Timao, conflictos con aficionados
y policías, enfrentamientos entre periodistas y por último, el más grave, el
terrible problema de la reventa. A pesar de que se había anunciado que las
30,000 entradas disponibles para este encuentro se habían vendido, muchas de éstas
fueron a la reventa donde se exigían hasta 6,000 USD por cada una; esto llevó
que se vieran muchos espacios vacíos en el estadio, una lástima que los
aficionados no hubiesen podido disfrutar del torneo más importante a nivel
continental.
Por suerte
los enfrentamientos entre aficiones, periodistas y policía no dejó mayores damnificados,
el partido inició a tiempo como se esperaba y los que pudieron entrar
disfrutaron de una final muy disputada.
Era el
conjunto argentino el que proponía, buscaba tener la pelota con Riquelme y
abrir la cancha con Mouche; por su parte el cuadro local era muy peligroso con
la velocidad de Jorge Henrique y Emerson, además de proponer su habitual
sistema defensivo prácticamente infranqueable.
Durante
toda la Copa, el Corinthians sólo recibió un gol en este estadio y fue obra de
Neymar en las semifinales. Chicao y Leandro Castan habían sido infranqueables
durante todo el torneo, y las pocas concesiones dadas eran bien controladas por
Cassio. Un equipo con un planteamiento muy serio, que sale a la contra con una
velocidad espectacular y aunque quizás la telaraña que propone atrás no enamore
a mucha gente los ha llevado a conseguir algo que no se lograba desde los años
70, ser campeón del torneo de forma invicta; irónicamente el último equipo en
lograr esto había sido Boca Juniors.
El primer
tiempo fue algo lento, muy ríspido, mucho roce y poco fútbol con un Boca que
buscaba pero no tenía la claridad suficiente y un Corinthians que no encontraba
los espacios para sus contras letales. Quizás lo más destacado fue la
lamentable lesión del portero argentino, Agustín Orión que tuvo que ser
substituido por el uruguayo Sebastián Sosa.
La segunda
mitad iniciaba de forma similar y parecía que sólo una genialidad o un grave
error podrían abrir el marcador. Corinthians puso la magia y Boca cometió el
error; en una falta botada desde la derecha los defensas de Boca no logran
despejar de forma correcta y le cae la pelota a Danilo, quien despaldas al arco
intuye que tiene compañeros mejor ubicados y con un taco precioso habilita a
Emerson quien define a placer ante Sosa. Era el minuto 53 y ya Corinthians
había conseguido lo más importante, con el gol en contra Boca tendría que
arriesgar más y con más espacios el conjunto del Timao es infinitamente más
peligroso.
A pesar de
esto el segundo gol no nace de una de las tantas descolgadas por las bandas o
contras letales de los locales, sino de un terrible error de Rolando Schiavi.
“El flaco” equivoca un pase en la salida y se la entrega al velocista Emerson
que se lleva la pelota cincuenta metros para definir el mano a mano ante Sosa
que poco pudo hacer.
El gol
acabó con el partido, Boca seguiría intentando pero sin ninguna claridad y
Corinthians no logró remachar a los argentinos. Quizás la estadística más clara
sea que en todo el encuentro Boca Juniors sólo tuvo un remate entre los tres
palos, un cabezazo de Caruzzo que controló bien Cassio, y tres desviados; el
visitante nunca pudo superar la buena marca de la defensa y medio campo
brasileño y se quedó sin ideas. Por su parte el Corinthians es justo campeón
del torneo, no sólo por llevárselo de forma invicta sino además eliminó en el
camino a tres campeones, Vasco da Gama, Santos y Boca Juniors.
Un gran
torneo el que han cumplido los brasileños, en estilos de fútbol siempre habrá
los que gusten más y los que gusten menos; en lo personal no me gustó mucho el
estilo de fútbol desplegado por el Corinthians durante la Copa pero sin lugar a
dudas estuvo muy por encima del fútbol, por llamarlo de alguna manera, que
mostraron los argentinos en la final.
Con esto el
conjunto brasileño será el representante sudamericano para el Mundial de
Clubes, será muy interesante ver, si se da, un cruce contra el Chelsea; ya que
despliegan un fútbol muy similar, basado en el orden táctico y la velocidad a
la contra. Quizás este sea el año que el trofeo regresa a manos de un equipo
latino, que desde que el Internacional de Porto Alegre lo consiguiera ante el
Barcelona de Riijkard ha sido un monólogo europeo.
*Imagen obtenida de http://www.ligafutbol.net
*Imagen obtenida de http://www.ligafutbol.net
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