Costó muchísimo más de lo que originalmente se
pensaba y vivieron con el miedo en la
piel patrocinadores, dueños y directivos. Pero al final se logró el
objetivo, México estará en el Mundial de Brasil 2014.
Después de un Hexagonal para el olvido, con
actuaciones lamentables en el Estadio Azteca y una participación paupérrima por
parte de los jugadores del Tri que militan en Europa, ¿Quién debería ir a la cita mundialista?
De hecho, la
duda inclusive se extiende al técnico, ¿Mantendrán a Miguel Herrera como el
timonel para el Mundial o volverá al nido?
Bueno, vamos por partes entonces.
Si bien es cierto que seguramente Costa Rica, Estados Unidos, Honduras y
Panamá pudieron haber obtenido un resultado similar contra la muy débil e
inocente selección de Nueva Zelanda; bajo
el mando de Miguel Herrera volvió el orden, el amor propio, el sacrificio
y, lo más importante, el fútbol.
¿Hay cosas que mejorar? Por supuesto, pero me parece que con Miguel Herrera se está caminando en la dirección correcta.
Sólo esperemos que las goleadas contra los All
Whites no nublen todas las cosas que se pueden y deben mejorar en el Tri.
En cuanto a los jugadores el tema es bastante
más complejo. Primero que nada está el asunto de patrocinios, ¿Qué jugadores por contrato tienen un
lugar asegurado en el equipo que vaya a Brasil 2014? ¿Cuántos de ellos
realmente merecen estar ahí? Aquí me parece que es donde habrá la mayoría
de los conflictos. ¿Cómo se sentiría un Oribe Peralta, quién ha estado jugando
de forma fantástica, si es relegado al banquillo porque Giovani y el Chicharito tienen contratos más importantes y traen más
dinero a la Federación?
No estoy diciendo que los jugadores que militan
en Europa no tengan cabida en la selección. Tampoco que el incluir a
naturalizados fue un error. Siendo sinceros, prefiero tener la posibilidad en la banca de Gio o “el Chaco” que
tener que confiarlo todo a Escoboza o el “quick” Mendoza.
Pero su lugar en el 11 titular no debería estar
asegurado. Ya han demostrado que no han
podido transmitir el fútbol que los ha llevado a grandes equipos con su
selección. Hay que hacer un buen balance y definir qué conviene. ¿Plantear
un par de equipos base y confiar en su fuerza como conjunto, como se hizo ahora
con América y León? ¿O volver a confiar en las individualidades y el peso que
tienen ciertas “estrellas”?
¿Qué hay de las vacas sagradas? Aquellos
jugadores que parecía que independientemente de cómo estuvieran siempre iban
convocados y normalmente eran titulares. La
limpia deberá empezar por ellos. Salcido, Torrado, Guardado, Chicharito,
Diego Reyes y Aquino van a tener que luchar y mucho, ya no sólo por ser
titulares, sino por formar parte de la convocatoria mundialista.
Lo ideal es tener una base, como actualmente, pero saber en qué zonas puede ser reforzada, qué jugadores merecen y aportan al 11 titular o mejoran la banca. Al final el chiste es
ganar o llegar lo más lejos posible, y para ello se requiere el mejor equipo
no las más reconocidas individualidades.
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