Eran cinco
los Super Bowls que había disputado los 49’s de San Francisco y cinco los
trofeos que atesoraban. Único equipo de la NFL que podía presumir tal record
con más de una participación en la fiesta grande del fútbol americano.
Los
pronósticos les favorecían de gran forma. Todas las casa de apuesta daban como
gran favorito al conjunto Californiano que había hecho una gran postemporada
despachando a Green Bay y al mejor récord
de la liga, los Halcones de Atlanta.
Su rival,
unos Cuervos de Baltimore que llegaban con la motivación de que su gran
estrella a la defensiva, Ray Lewis, se retiraría al concluir la campaña. Además
de haber dejado en el camino a equipos favoritos para el campeonato, como los
Broncos de Manning o bien los Patriotas de Tom Brady.
La mejoría
entre temporada regular y postemporada de los Cuervos fue abismal. Empezando
por Flacco que no tuvo una mala temporada regular con 22 TD y sólo 10
intercepciones y casi 60% de sus pases completos. Pero la postemporada la
dominó con una maestría fantástica. Con 11 pases para anotación sin ninguna
intercepción y un 58% de pases completos.
En el resto
de las estadísticas también indican mejorías importantes. Durante la temporada
regular promediaron recibir 228 yardas por aire por encuentro y 122.8 por
tierra. Datos que casi no cambiaron ya que promediaron (incluido el Súper Tazón)
275 y 130 respectivamente. El cambio se ve a lo ofensiva. Ya que mejoraron su
promedio de yardas por aire de 233.7 a 275.5 y 118.8 por tierra a 134.75. Esta
mejora fue clave para lograr el segundo Súper Bowl de la franquicia.
Por su
parte, los 49’s de San Francisco llevaban una postemporada de ensueño.
Promediando 36.5 puntos por encuentro, antes del Súper Bowl, con 240 y 236
yardas promedio por aire y por tierra respectivamente, una verdadera máquina de
romper defensivas, explotando todo el talento del joven Kaepernick, tanto su
brazo como su velocidad para correr y leer defensivas.
Con esto en
mente, los fanáticos del conjunto de San Francisco tenían fuertes razones para
creer que su equipo se alzaría con el campeonato por sexta vez, igualando a los Acereros de
Pittsburg. Pero los nervios se adueñaron del equipo californiano, las primeras
posesiones fueron verdaderamente desastrosas. Errores en jugadas, falta de
coordinación entre receptores y el quaterback. Del otro lado del emparrillado
todo le salía de maravilla a los Cuervos. Con una anotación en su primera
posesión se calmaba cualquier tipo de duda sobre la seriedad y ganas que
pondrían en el encuentro.
Tal era el
estado mental de los 49´s que en la primera mitad tan sólo pudieron anotar dos
goles de campo, contra las 3 anotaciones de Baltimore parecía que el partido ya
estaba perdido. Y las cosas fueron todavía peor para los de California, ya que
la patada para reiniciar el juego en el tercer cuarto fue devuelta por Jacoby
Jones hasta las diagonales para dejar el marcador 28-6 y muchos aficionados y
jugadores ya se temían una posible paliza histórica.
Los dioses
escucharon los rezos de San Francisco y se fue la luz del estadio durante un
poco más de media hora. Tiempo que parece fue bien aprovechado por el cuerpo
técnico para calmar a sus jugadores y meterlos de nuevo al partido. O bien el descanso
frenó la euforia e inercia que traían los Cuervos que parecían imparables.
El juego se
reanudó y a la mitad del cuarto un buen pase de Kaepernick más una gran
escapada de Crabtree significaron el primer touchdown de San Francisco y la
cura para todos sus males mentales.
En la
siguiente posesión fue Frank Gore quien por tierra acortaba aún más distancia y
dejaba las cosas 28-20. Los nervios cambiaban de manos así como lo hacía el
balón luego de una pérdida por fumble en un acarreo de Ray Rice. San Francisco
no pudo sacar más de 3 puntos del error pero aun así se colocaban a sólo un
touchdown de darle la vuelta a un encuentro que antes del apagón parecía
perdido.
En el
último cuarto Baltimore logró volver a controlar la poderosa ofensiva de San
Francisco y los limitó a un único Touchdown donde además fallaron la conversión
doble. Con sólo segundos en el reloj, los Cuervos decidieron regalar un Safety para
perder el mayor tiempo posible y no dejar chance a una última embestida de los
49’s.
La
estrategia funcionó de maravilla y el marcador final dictaba un 34-31 que quizás
no era lo que tenían en mente Flacco y compañía después de su fabulosa primera
mitad. Pero siempre un anillo de Súper Bowl tendrá un valor especial,
independientemente del resultado final.
Un partido
que tuvo de todo, nervios, grandes jugadas, errores, polémica. Todo lo que se
le puede pedir al último encuentro de la temporada de la NFL. Un justo campeón
al final y otro récord que se pierde, San Francisco ya no podrá contar
sus visitas al Súper Tazón por victorias y sigue a un triunfo de compartir con
Pittsburg el honor de ser el equipo con más trofeos en la historia. Ahora a
esperar 6 meses para volver a deleitarnos con el mejor fútbol americano del
mundo, tiempo que siempre se hace demasiado largo.
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