El
miércoles se jugó una nueva fecha FIFA, con muchos amistosos bastante
atractivos como el Holanda – Italia, Inglaterra – Brasil, Francia – Alemania,
España – Uruguay o el Suecia – Argentina. Partidos donde hubo alguna sorpresa y
se pudieron observar cosas interesantes pero dónde realmente se estaba jugando
algo era en el inicio del hexagonal de la CONCACAF.
Era la
primera fecha de esta fase final para clasificar al mundial. Donde los seis
mejores equipos del continente, o al menos dado lo demostrado en fases previas,
se pelean a duelos ida y vuelta por un lugar en el tan preciado torneo.
A primera
hora se enfrentaban Honduras contra los Estados Unidos de Jürgen Klinsmann. El
cuadro catracho jamás había sido capaz de superar al conjunto de las barras y
las estrellas que pareció salir al campo con demasiada tranquilidad, muy
relajado, esperando ganar el partido cómodamente antes de jugarlo.
Y las cosas
no le iban mal, pues al minuto 35 después de un gran pase bombeado Clint
Dempsey definió de volea un bonito gol para poner al 0-1 en San Pedro Sula.
Pero el calor, la mala marca estadounidense y el exceso de confianza fueron el
peor enemigo de los visitantes. Sólo tres minutos más tarde la defensa
norteamericana era testigo de un verdadero golazo por parte de Juan Carlos
García, quien empalmó de chilena un gran pase con el pecho de su compañero
Víctor Bernárdez., magistral.
El segundo
tiempo fue un poco más de lo mismo, pero los minutos se le hacían eternos al
conjunto de Estados Unidos que al minuto 66 ya había realizado sus tres
cambios. Al 78, un buen pase filtrado a Oscar García terminó con un pase al
centro donde apareció sólo Jerry Bengston para marcar el definitivo 2-1.
Resultado
que jamás se esperaban los aficionados al “soccer” pero que no fue para nada
injusto, quizás de hecho el conjunto Hondureño mereció algún gol más.
El
siguiente partido fue protagonizado por Panamá y Costa Rica. El conjunto tico
goza de mucha más historia y reconocida calidad futbolística, pero esto se debe
mostrar en la cancha, no en el papel. En la cancha el conjunto Panameño fue una
ola roja que arrasó con Costa Rica que parecía no sabía lo que estaba pasando.
Al minuto
14 un remate dentro del área de Luis Henríquez volvió locos a todos en el
Rommel Fernández. Y cuando todavía no se creía que Panamá estuviera ganando y
dominando a los ticos cayó el segundo, obra de Román Torres. Apenas corrían 25
minutos y Panamá ya llevaba dos y se veía muy sólido en la cancha.
A 7 minutos
para el final de la primera mitad, el cuadro costarricense mostró algo de
actitud y orgullo y acortó distancias con un remate de Saborío en jugada a
balón parado. Acabó así el primer tiempo donde los panameños dominaron durante
más de media hora del cotejo.
La segunda
parte fue distinta a la primera. Los ticos no querían irse de Panamá manos
vacías y los istmeños parecían quedarse sin ese toque y grandes combinaciones
que mostraron en la primera mitad. Aun así estuvieron muy cerca de mantener la
ventaja pero al 83 Brayan Ruíz decidió que el 2-2 era el resultado más justo.
Un partido que si a Costa Rica le hubiesen dicho lo que iba a sufrir para sacar
un empate de Panamá, jamás lo hubiesen creído.
El último
encuentro de la jornada se disputó en el Estado Azteca entre México y Jamaica.
Una selección Jamaiquina que ya no es tan corta futbolísticamente como en el
pasado y un México que se llevó muy en serio la idea que en el Azteca siempre
van a golear a sus rivales.
Pero el
partido empezaba muy mal para el tri, los jugadores andaban lentos, imprecisos,
faltos de motivación. Por su parte los reggae boyz iban a todas y luchaban con sus armas; muy
bien parados tácticamente y buscando contras a gran velocidad.
Pues para
dar una idea de cómo estuvo el encuentro la figura fue José Corona, el portero
de la selección mexicana, de no ser por él quizás la catástrofe hubiese sido
completa.
La cantidad
de errores cometidos por los jugadores mexicanos llevó a desesperar a su propia
afición que se dedicó a silbar y abuchear los últimos minutos del encuentro y a
corear todas las acciones del rival. Al final, México tuvo la suya y estuvo muy
cerca de ganar un partido que no mereció; pero una salida valiente y a tiempo
por parte de Ricketts evitó lo que hubiese sido demasiado castigo para el
cuadro caribeño. El encuentro concluyó 0-0 a pesar de los 6 minutos de añadido
que dio el árbitro y los aficionados no ocultaron su enojo ante uno de los
peores partidos que se han jugado en el mítico estadio.
3 partidos
y tres resultados dónde quién partía como favorito se durmió en la comodidad de
esa situación.
El fútbol
ha cambiado, hoy en día es un deporte mucho más combativo y parejo, si no se
entrega el 100% en la cancha las probabilidades de ganar se disminuyen de
sobremanera. No se puede subestimar a un rival sólo porque no tenga los mismos
logros históricos, pues la historia es eso, pasado, y en 90 minutos cualquier
cosa puede pasar. Siempre se debe salir a la cancha a ganar con fútbol y no con
la camiseta, quizás ahora se tomarán los compromisos con la seriedad y profesionalidad
que la eliminatoria amerita.
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