lunes, 16 de diciembre de 2013

Rugió la Fiera


 Todas las grandes finales de fútbol tienen los mismos elementos. Grandes jugadas, graves errores, drama, héroes y “villanos”. La final de la Liga MX no fue la excepción. Por desgracia, además de los elementos previamente mencionados, también tenemos que agregar el que a nadie le gusta; la polémica.

Pero empecemos por los temas agradables antes de entrar en los menos populares. El conjunto de León no sólo hizo una final, ida y vuelta, de forma fantástica; sino disputó toda una Liguilla de forma histórica, convirtiendo 17 goles en sólo seis encuentros, lo cual da una media de casi tres goles por partido, marcando al menos dos en cada partido que disputó.
Defensivamente también estuvo muy bien quitando algunos pasajes como las distracciones en el primer encuentro con Morelia donde recibieron 3 goles. Al final terminaron con sólo 7 goles recibidos, lo cual es un poco más de 1 por encuentro. Bastante aceptable, sobre todo en torneos de este estilo.
Por su parte el conjunto capitalino no ha sido el mismo desde la inclusión de su técnico y director deportivo con la Selección Nacional. Tuvieron un cierre de torneo algo titubeante pero durante la Liguilla no mostraron en ningún instante ser ese equipo seguro atrás y contundente al frente que llevó tantas alegrías a las gradas del Estadio Azteca.
El América llegó a la final con sólo una victoria, y esta fue en la vuelta contra el Toluca y la consiguió con bastante polémica a la cual no entraré ahora.
Sólo consiguió 6 goles a favor y recibió 5 en los 4 enfrentamientos previos a la final. Números muy bajos y poco amenazantes. En la final la contundencia del rival y la escasez en la propia los llevó a un global de 1-5 en contra que sin duda tiene a más de un aficionado decepcionado con el rendimiento de su equipo. Si bien es cierto que las finales se pueden perder, también es cierto que hay formas para hacerlo y el América perdió de mala manera.
En los banquillos no queda ninguna duda que Matosas le ganó el pulso a Miguel Herrera. Tanto en planteamiento como en ejecución. En ningún momento el León perdió el orden o la idea de lo que debería y tenía que hacer en la cancha, mientras que los capitalinos en muchos momentos del partido parecía que la estrategia era “a la heroica” y que los jugadores estaban totalmente perdidos en la cancha.
El conjunto de León necesitaba que el partido se jugara al ritmo que les convenía. Vertiginoso en las contras pero muy pausado en el resto del desarrollo, con el fin de evitar que el América generara momentum y tuviera fluidez en su juego.
Para realizar esto recurrió a faltas estratégicas constantes en toda la cancha, pero principalmente dos jugadas antes de que hubiese peligro, para evitar cometer faltas en zonas de alto riesgo.
Es cierto que las faltas no fueron muy violentas, pero la continuidad de las mismas y la clara intención de cortar el juego debió ser suficiente motivo para que el árbitro sacara alguna tarjeta amarilla. Si a esto le agregamos un penal no marcado sobre Sambueza, de donde se desató la expulsión del Maza Rodríguez y el tiempo que perdían en cada saque de meta, banda, esquina o de falta es fácil interpretar que al árbitro le quedó muy grande el escenario. Parece increíble que sólo dos jugadores del León fueron amonestados y sólo uno de ellos por infracción. Definitivamente un pésimo trabajo arbitral.
Héroes en el León diría que fueron todos, pero tres figuras brillaron un poco más que las demás. Los delanteros Matías Britos y Mauro Boselli fueron un peligro constante durante toda la Liguilla, ellos solos le causaban todo tipo de problemas a la blanda defensa americanista. Pero el que estuvo a un nivel espectacular fue el guardameta William Yarbrough, atajando todo lo atajable e inclusive alguna que parecía imposible, el JMV sin ninguna duda.

Villanos, además del árbitro, tenemos a Juan Carlos Medina que fue totalmente superado por el medio campo de los panzas verdes pero además su parado táctico siempre fue terrible. Nunca parecía estar donde debía, dejando muchísimos espacios para los contragolpes y aportando muy poquito al frente.
Los delanteros centro tampoco querrán presumir demasiado de su participación en esta Liguilla. Pues Luis Gabriel Rey y Raúl Alonso Jiménez solo consiguieron un gol cada uno, contra Toluca y Tigres respectivamente. Pero lo de Narciso Mina no tuvo nombre, el sin número de ocasiones claras de gol que dejó escapar ayer en el Estadio Azteca fue increíble. Nunca un jugador local había salido tan abucheado por su propia afición. Desastroso, si tuviera que apostar, diría que jugó sus últimos minutos como americanista.

Una final vibrante y llena de emociones y muchísimo fútbol. Muy merecido el campeonato para un conjunto que sólo perdió 3 veces durante todo el torneo, incluida la Liguilla. Un cuadro muy balanceado con gran fortaleza defensiva, control en medio campo y un ataque devastador.
Alarmante para la selección mexicana lo mal estratega que se vio Miguel Herrera durante estos encuentros, esperemos que aprenda las lecciones que deba aprender y que lo haga un mejor técnico. Pero a la luz de hoy, Matosas le ganó rotundamente el duelo.
¡Felicidades el León! Muy merecido el campeonato para sus jugadores y afición.

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