Si una
rivalidad ha crecido en España en los últimos años, es el duelo entre
Valencianos y Madridistas. Un equipo que ha venido a la alza en las últimas
décadas contra el equipo más galardonado del fútbol ibérico. Rivalidad que se
vio acentuada con la contundente victoria merengue en la final de la Liga de
Campeones del año 2000.
Irónicamente
las relaciones comerciales entre los equipos siempre han sido, al menos,
frecuentes. Diferentes jugadores han pasado de un equipo al otro, como
Cañizares y Morientes hace más de una década; o las recientes incorporaciones
de Gago y Canales. Todos siendo traspasados del conjunto capitalino al de la
capital del Turia.
A pesar de
que el Valencia ha mejorado muchísimo su juego y equipo en los últimos años,
llegando a dos finales de la Champions League, conquistando una Copa UEFA y dos
Campeonatos de Liga en los últimos veinte años. Superar al Real Madrid sigue
siendo un tema que lo elude.
Muchas
veces se han visto afectados por pésimas decisiones arbitrales pero la mayoría
de las veces el peso psicológico parece ganarle la batalla al conjunto Che.
Estos días
se les presentaba una grandísima oportunidad de recuperar algo de ese orgullo
perdido ante un gran rival. Jugarían 3 partidos en 8 días y dos de ellos serían
en Mestalla, además se jugaban el pase a las semifinales de la Copa del Rey.
Aunado a
esto la pequeña crisis que se vive o que se le achaca al Madrid en esta
temporada por el bajo nivel físico mostrado por sus jugadores y las
distracciones en momentos clave y jugadas a balón parado. Sin sus dos centrales
titulares por lesión y suspensió Mourinho tuvo que buscar en jugadores poco
habituales su zaga.
El primer
partido, por Copa del Rey, se disputó en Madrid. Comenzó con gran dominio el
Madrid pero poco a poco a base de buenos toques y gran sacrificio de los
jugadores por las bandas el Valencia se hizo de la pelota y de las mejores
oportunidades frente a la portería rival. Jonas siendo el jugador más incisivo
apareciendo en todas las zonas de la cancha.
Pero el
Madrid volvió a ser ese equipo que no necesita la pelota ni dominar para hacer
daño. Luego de un remate a bocajarro fallado por Jonas, una gran contra
conducida por Ozil terminó con un gran pase a Benzema que no perdono frente a
Guaita.
En la
segunda mitad el Valencia lo intentó de todas las formas pero no logró empatar
el partido. En una nueva contra el Madrid selló el destino del partido y
prácticamente de la eliminatoria con el autogol de Guardado evitando que el
balón llegara a Higuaín.
El
siguiente partido se disputó el domingo en Mestalla por la Liga y el Valencia
esperaba que la buena imagen, sin frutos, durante el partido de Copa los
llevara al tan ansiado resultado positivo ante los de Concha Espina.
Pero en 45
minutos el Madrid fue una aplanadora que destrozó los sueños de los locales, al
medio tiempo la pizarra marcaba un contundente 0-5. Para mayor desgracia el
delantero principal y uno de los capitanes del equipo, Roberto Soldado, salía
lesionado. Un terrible marcador que ni siquiera pueden excusar en alguna
polémica arbitral, ya que el Madrid simplemente fue imparable y la defensa Che
no se presentó.
El día de
hoy se jugó el tercer encuentro entre estos dos equipos. Los Valencianistas esperaban
que con una épica remontada lavarían la pésima imagen dejada el domingo ante
sus aficionados.
Pero no
pudo ser, el Valencia apenas logró un empate 1-1 a pesar de que el Madrid jugó
con 9 jugadores el tramo final del encuentro y al minuto 15 sustituyó a Íker
Casillas por lesión.
Tres
partidos, tres decepciones diferentes para el conjunto valencianista. En el
primer encuentro la falta de puntería y fallos específicos en defensa los
condenaron, el segundo fue un verdadero desastre que los aficionados tardarán
mucho en olvidar y por último una sensación de impotencia al no poder vencer a
un rival en inferioridad numérica.
Por parte
del Madrid pueden ser 8 días importantes para afrontar lo que queda de año,
sobretodo la serie por Octavos de final de la Champions League. En un momento
complicado de la temporada parece que el Madrid consiguió todas las posibles
respuestas para ganar un encuentro. Organización, buenos contra golpes y algo
de fortuna; ser una fuerza aplanadora creando grandes oportunidades y fallando
pocas; y con el sacrificio y entrega física de todos sus jugadores.
¿Habrá
salido del bache en el que se encontraban? ¿Marcará esta semana el “regreso”
del Madrid de Mou? De momento, sin duda tendrán material moral, y táctico, de
sobra para mejorar lo que hasta ahora se estaba olvidando en la Casa Blanca, la
pegada y el orden defensivo.
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