lunes, 28 de enero de 2013

Deja vu en Australia

Concluidas las finales del Abierto de Australia tenemos a dos campeones que repiten hazaña a lo realizado el año pasado. Por el lado femenino, Victoria Azarenka se impuso con cierta dificultad a Na Li y consiguió el primer Grand Slam del año.
Un partido donde parecía que sacar era más un martirio que una ventaja. Constantes rupturas de servicio de un lado y del otro fueron la constante, trece en total, cosa muy extraña de ver en un encuentro de esta envergadura.
La estrella china se hizo con el primer parcial rompiendo el servicio con una doble falta de Azarenka, ganado así por 6-4 como lo hizo en la final disputada en 2011 contra Kim Clijsters.
El segundo set fue dominado por la bielorrusa que se adelantó por 3-0 y más adelante Li se torcía el tobillo y parecía que el partido estaba acabado. Luego de diez minutos de atenciones la guerrera oriental volvió a la cancha con su pie vendado y dio toda la lucha que pudo. Aun así cayó derrotada 6-4.
En el tercer y último set Li tuvo que ser atendida nuevamente por otra caída además de mareos sufridos debido al calor. Azarenka no perdió el ritmo y consiguió romper con facilidad a la más lesionada que ilusionada Li y llevarse el campeonato con un 6-3 en el parcial final.
Una gran victoria de Azarenka que sigue demostrando que sus problemas físicos del pasado los ha dejado atrás y se mantiene muy firme como número uno del mundo. Por su parte, Li conservará su quinto lugar pero dejó escapar la oportunidad de convertirse en la ganadora más veterana en la historia del torneo.
Por el lado masculino teníamos un duelo que ya empieza a hacerse frecuente. Novak Djokivic contra Andy Murray, dos jugadores con estilos similares pero un talento inconmensurable. El duelo directo se encuentra ahora 11-7, marcando una gran paridad entre ambos.
Pero esta vez no pudo ser para Murray, quien vio como Djokovic se alzaba como campeón por tercer año consecutivo, dos de ellas ante la mirada desilusionada del escocés.
La ruta de cada uno a la gran final había sido muy distinta. “Nole” le tocó sufrir de lo lindo contra Wawrinka en un duelo de 5 horas que terminó 12-10, uno de los mejores partidos de todo el torneo. Fuera de este encuentro, poco sufrió el número uno del mundo para llegar a la final. Pues quitando los 2 sets cedidos en ese encuentro sólo perdió uno contra Berdych en los cuartos de final y el primero de la gran final contra el escocés.
Murray, por su parte llegaba a la gran final también en gran estado de forma, dejando en el camino nada más y nada menos que a Roger Federer. Sin duda fue un gran torneo del británico quien antes de la final sólo perdió dos sets por Tie-Break en la semifinal ante la leyenda suiza.
Se esperaba una lucha de poder a poder, con dos buenos jugadores en servicio y juego de línea de fondo aunque Murray con alta tendencia de subir a la red a finiquitar los puntos velozmente. Murray ya había derrotado a Novak en el US Open pasado, por lo que se sabía que el encuentro podría ir para cualquiera.
En el primer set, Djokovic mostró muchos problemas con su servicio y, a pesar de poder mantenerlo en ocasiones donde parecía perdido, el Tie-Break fue para un Andy Murray que se le veía cansado a ratos pero que se mantenía corriendo la cancha.
El segundo Set casi empieza de terrible forma para el número 1 del mundo, pero logró recuperarse de un 0-40 para llevarse el primer game. Un punto de inflexión en el partido, donde parece que desde ahí todo fue más fácil para Nole y más complicado para Andy.
A la primera muestra de debilidad por parte de Murray, el serbio atacó con todo y no dio marcha atrás para hacerse con el segundo set también en Tie-Break.
Otro golpe anímico que el escocés no supo levantar. Entre el cansancio y el nivel estratosférico mostrado por el número uno del mundo, los siguientes sets fueron relativamente sencillos, ganándolos por 6-3 y 6-2. La falta de precisión también fue un factor importante, ya que Andy cometió 46 errores no forzados, demasiados cuando se enfrenta a la máquina que es Novak Djokovic.
Otro año y no deja de maravillar el primer Grand Slam, siempre marcado por luchas épicas donde el calor y la humedad juegan un rol fundamental. Felicidades a los dos campeones, veamos si son capaces de mantener el enorme nivel mostrado durante éste torneo.

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