Anoche
salió al aire la primera parte de la entrevista, o mejor dicho la confesión, de
Lance Armstrong acerca del dopaje.
Como ya
había sido confirmado, el ciclista ganador del Tour de Francia en siete
ocasiones lo habría hecho con la ayuda de suplementos para mejorar el
desempeño. Durante la entrevista habló con cierto detalle lo que había
consumido; EPO, transfusiones de sangre, cortisona. Aunque admitió nunca haber
sobornado ni a la UCI ni a otros laboratorios para pasar controles.
Una gran
decepción para el ciclismo y el deporte en general. Ya se han pronunciado otros
deportistas y llamarlo “impostor” o “fraude” son los calificativos más ligeros
que se asocian al ya retirado ciclista que se llevó la medalla de bronce en
Sydney en el 2000, misma que ya le fue retirada por el COI, Comité Olímpico
Internacional.
Lo que
quizás tenga a muchos muy intranquilos es la ligereza que respondía las
preguntas, prácticamente llamando al mundo entero ingenuo e inocente.
Comentarios como “Es imposible ganar 7 tours sin doparse”. “Había sólo 5 quizás que no se dopaban, esos
son los cinco héroes”, luego afirmó que no los consideraba tontos y que la
decisión era del ciclista, no de equipo.
En su caso,
admitió que siempre fue su decisión y que fueron “sus errores” que nadie lo
presionó o llevó a consumir substancias prohibidas. “La actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la
transporté al ciclismo. Y eso es malo, quise perpetuar la historia.
Ganar era importante y aún me gusta, pero ahora veo el triunfo de otra manera.
Doparse era parte del trabajo, así es como yo lo veía"
Sin duda se
trata de una entrevista que no tiene desperdicio alguno. Me parece que el daño
que ha hecho este hombre a un deporte que siempre está rodeado por la sobra del
dopaje y de las transfusiones de sangre apenas está por verse. Es cierto que ya
está retirado y sus logros han sido borrados, ¿pero qué pasa con todos los
millones obtenidos por patrocinios? Increíble pasó de ser el héroe de
muchísimas personas, no sólo de aquellos que padecen o son cercanos a alguien
que padezca cáncer, sino de prácticamente todo el mundo, a un villano, un
traidor, un fraude.
Todos
creían la historia de éxito, el milagro que era una persona que no sólo venció
al cáncer sino logró una de las proezas deportivas más significantes, ganar el
Tour de Francia. Y no sólo eso, sino que lo hizo en 7 ocasiones consecutivas. Era demasiado bueno para ser
verdad, una lástima ya que es una enfermedad en la que siempre se buscan casos
de éxito para motivar y dar ánimos a aquellos que lo necesitan.
Muchos se
encuentran indignados, se sienten traicionados por quien por mucho tiempo fue
razón de orgullo para toda Norteamérica, ahora no deben saber dónde esconderse.
Y todo por una persona capaz de hacer todo por ganar, que su fin valía
cualquier medio.
Esperemos
que ahora se pueda tomar este ejemplo como el ejemplo negativo, lo que no se
debe hacer en los deportes, volver a los valores del juego, la legalidad, la
honestidad. Es lo que se necesita hoy en día donde parece que por ganar todo se
vale y no es así. Al final es más importante el camino que se traza que el
destino final y esto siempre se debe tener en cuenta.
Ojalá todas
las personas y sobretodo los niños que hoy claman al cielo pidiendo castigo
para el texano, lo tomen como ejemplo a no seguir, y vuelvan los valores
deportivos y humanos que tanto necesitamos hoy en día.
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