Todos los
que seguimos el fútbol mexicano sabemos que la paciencia de las directivas no
es su mayor virtud. Los aficionados quizás sean capaces de soportar un poco
más, pero tampoco es algo de lo que puedan presumir.
Con el fin
de la temporada regular llegan los balances, las directivas analizan los
éxitos, logros o fracasos logrados por sus instituciones y toman decisiones al
respecto. La decisión principal y la más común en México es cesar al director
técnico si los resultados no fueron los esperados.
Mencionaba
en una entrada anterior que el técnico de Chivas John Van’t Schip se había
salvado, por ahora, única y exclusivamente por haber alcanzado la Liguilla; ya
perdió el partido de ida de local ante el líder del torneo Toluca por 1-2, si
no logra el pase o un resultado honroso a la vuelta en “La Bombonera” seguramente
su cabeza será la próxima en rodar.
Hugo
Sánchez fue el primero en ser cesado, la directiva de Pachuca no se tentó el
corazón y el pentapichichi sigue acumulando fracasos allá donde va. Muy lejos y
olvidado ha quedado el crédito obtenido por lograr el bicampeonato con Pumas,
pero recordemos que después de eso dejó al conjunto universitario muy cerca de
descender.
Hoy se le
unieron dos técnicos más al desempleo. Se trata de Alex Aguinaga y Benjamín
Galindo. Lo del ahora ex entrenador del Santos Laguna no debe llegar como
sorpresa para nadie. Pues a pesar de haber perdido a su figura principal, Oribe
Peralta, durante gran parte del torneo debido a su participación en los Juegos
Olímpicos el equipo parecía no jugar a nada; los gobernó la irregularidad y los
malos encuentros, por supuesto que con esto llegaron una buena cantidad de
malos resultados que garantizaron que haya un nuevo campeón al no poder ni
siquiera alcanzar la liguilla.
Lo del
ecuatoriano me sorprende un poco más, pues lo trajeron en estado de emergencia
a tratar de hacer lo posible por salvar la temporada y un poco el honor del
cuadro potosino. La labor no fue mala, a pesar de que los resultados no
acompañaron del todo el funcionamiento del equipo mejoró notablemente y sin
duda lo dejó en una posición más decorosa. Tomó el equipó con cero victorias,
dos empates y cuatro derrotas y obtuvo tres victorias, cuatro empates y cuatro
derrotas. Sin duda mucho mejor de lo que el equipo venía haciendo y en muy poco
tiempo. Pero para los directivos pareció no ser suficiente y sorpresivamente le
comunicaron que sus servicios ya no serían requeridos.
En estas
decisiones se ve reflejado un poco las filosofías futbolísticas en la Liga MX.
Por un lado tenemos las prisas que dan los torneos cortos y la notable corta
paciencia; por el otro es que independientemente de cómo se juegue o que piense
la directiva, si se logran los resultados no se cuestiona más, como lo fue el
caso de Van’t Schip.
Sánchez y
Aguinaga fueron testigos de la poca paciencia a primera mano. Quizás de formas
distintas, a Hugo le armaron un equipazo buscando salir campeones y a Alex lo
llamaron para apagar un incendio.
El primero
no sólo no logró el campeonato sino que ni siquiera llegó a la liguilla. Más
importante que esto me parece el hecho de que el equipo nunca mostró una
identidad futbolística y ganara o perdiera no desplegaba un buen fútbol. Además
ya había sido advertido por la directiva que esperaban resultados en este mismo
torneo.
El segundo
me parece un caso injusto, sorpresivo y quizás hasta una mala decisión. Es muy
difícil evaluar la labor de un técnico en tan poco tiempo, sólo once
encuentros, pero en este caso me parece que la tendencia era a la alta, que no
sólo se estaba jugando mucho mejor cada semana sino que además se estaban
obteniendo resultados favorables Quién sabe qué podría hacer de tener el mando
del equipo de forma más normal, trabajando en pretemporada, teniendo tiempo
para transmitir su mensaje. Independientemente de esto, la directiva pareció no
estar interesada y la decisión fue tomada.
El caso de
Galindo es diferente, pues es un técnico que ya lleva más tiempo en el equipo y
esta temporada fue simplemente atroz, no creo que fuera sorpresa ni para el
mismo DT que no tuviera trabajo este diciembre.
Los torneos
cortos siempre ejercen mayor presión y exigen resultados más rápidos, más
pronto y esto es algo con que todos los técnicos y equipos deben vivir. Pero
muchas veces considero que deberían tomarse las cosas con un poco más de calma,
que si se está viendo una tendencia positiva se debe dejar fluir y si el cambio
no termina dando el resultado esperado pues si tomar decisiones drásticas. Flaco
favor le hace al fútbol y a los jugadores estar cambiando de visión y
estrategia cada 3 meses, que no exista una ideología, un verdadero proyecto. Sin
un orden ni continuidad perdemos todos, jugadores, equipos, técnicos y
aficionados.
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