miércoles, 12 de septiembre de 2012

US Open 2012

Se sabía que el día iba a llegar. Sobre todo después de lo logrado en los juegos olímpicos estaba clarísimo. Andy Murray se llevaría un Grand Slam y lo logró en Flushing Meadows, uno de los lugares más míticos en este deporte y un trofeo muy cotizado.
Pero primero, analicemos la final femenina. El WTA este año está más reñido que nunca, de hecho en lo que llevábamos hasta ahora no se había repetido ganadora en los Grand Slams. En Australia se lo llevó Victoria Azarenka sobre Maria Sharapova; en Roland Garros Sharapova había derrotado a la italiana Sara Errani; En la Catedral del Tenis, Wimbledon, Serena Williams era quien derrotaba a Radwanska.
Pero para el US Open todo cambiaría, pues a la final se clasificaron Azarenka y Williams, ambas ya habían ganado un grande por lo que se rompería la tendencia que llevábamos. Eso sí, las dos habían triunfado en la única final que habían disputado por lo que también una mantendría la racha y la otra perdería el invicto.
El partido pintaba apasionante desde antes de comenzar, la fortaleza física de Serena Williams además de su increíble forma mostrada a lo largo del torneo, no había perdido un solo Set  y únicamente había cedido 18 Games antes de la final; contra la fuerza mental y juego esquinado de Azarenka que quizás había sido un poco irregular en el torneo pero que en semifinales mostró lo mejor de sí.
Esta inconsistencia quedó demostrada en el primeros dos Sets, donde cada una ganó 6-2. El primero se lo llevó Serena con una contundencia bárbara, un poderío monstruoso en el saque, llegó a las 125 mph en su más veloz servicio. Además con una alta cantidad de tiros ganadores.
En el segundo se le quitó un poco la sonrisa a la americana que vio como desde la línea de fondo sus fabulosos tiros ganadores del primer set se iban fuera o quedaban en la malla. Azarenka también subió el nivel de gran forma y obligaba a rallies más largos, cosa que sabemos es un punto débil de Serena que le gusta y busca ganar los puntos con dos o tres golpes.
El tercer set fue un gran tributo al tenis femenino. Las dos dándolo todo en la cancha y ambas pudieron ganarlo. De hecho la bielorrusa estuvo 5-3 arriba, pero Serena sacó todo su arsenal para hacerse con 4 games seguidos y con el US Open, el cuarto en su carrera y su decimoquinto Grand Slam, un palmarés envidiable sin lugar a dudas.
Por su parte, la final masculina se disputaría entre Andy Murray y Novak Djokovic. En cualquier otro momento de la temporada el favorito hubiese sido “Nole” sin duda, pero lo ocurrido en los juegos olímpicos daba lugar para soñar con el primer Grand Slam de un británico desde 1936.
Andy ya había llegado a cuatro finales de Grand Slam pero nunca había logrado alzarse con la victoria, pero después de ganar la medalla de oro en los juegos olímpicos ya lo anunciaba Roger Federer “El día para que Andy gane un Grand Slam está muy cerca”. Pues estuvo más cerca de lo esperado, sólo a un mes.
Fue una lucha titánica, uno de los mejores partidos que se vieron por éstas canchas y no sólo este año, sino en su historia. De hecho igualaron el récord de partido más largo con una duración de 4 horas, 54 minutos. Después del gran encuentro que dieron Tipsarevic y Ferrer en cuartos de final pensé que sería complicado ver algo igual. Pero el serbio y el escocés no estaban de acuerdo y dieron un espectáculo digno de apreciar durante casi cinco horas.
Los primeros dos sets fueron para el británico por 7-6 y 7-5; demasiada paridad entre ambos pero Murray lograba sacar los puntos importantes en los momentos clave. A pesar de esto Djokovic no quería darse por vencido y además conoce muy bien lo que hacen los nervios en el ahora tercero del ranking mundial. Jugando un tenis que rayaba la perfección “Nole” se hizo con el tercer Set 6-2 y los nervios empezaron a hacer lo suyo.
Murray mostraba frustración después de cada fallo o punto perdido en el cuarto set, se encontraba muy presionado y parecía que no podría salir, la remontada se veía cada vez más cerca y la debacle emotiva de Murray no tendría precedentes.
Después de perder 6-3 el cuarto set en lugar de desesperarse pareció que Andy empezó a concentrarse más, a jugar más tranquilo, a buscar que Djokovic corriera más ya que el cansancio era evidente en ambos. Las cosas empezaron a salirle bien y “Nole” parecía no dar más físicamente. Esto motivó a un Andy Murray que dominó el quinto y último Set de forma contundente para llevárselo por 6-2 y ganar su primer Grand Slam por 7-6, 7-5, 2-6, 3-6 y 6-2.
Andy por fin pertenece al club de los Grand Slam, uno de los clubs de mayor prestigio y dificultad para obtener, sobre todo últimamente. De los últimos 30 Grand Slams, 29 los habían ganado Roger Federer, Novak Djokovic o Rafael Nadal, la única excepción fue aquella noche bárbara de Juan Martín Del Potro para ganarle a Roger Federer, sí, es correcto, en Flushing Meadows, sin duda uno de los lugares más místicos de este deporte.

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