martes, 23 de octubre de 2012

Serie Mundial con sabor Criollo

Cuando todos pensábamos, me incluyo, que la serie por la Liga Nacional estaba decidida y que la Serie Mundial la disputarían Tigres y Cardenales, los Gigantes de San Francisco desafiaron todas las probabilidades y remontaron un 3-1 en contra.
El equipo de Bochy supo reponerse a la adversidad y controlar a la ofensiva de San Luis. Y es que en los primeros 4 encuentros los Cardenales anotaron 18 Carreras con 31 hits mientras los Gigantes se encargaron de dejar gente en circulación logrando sólo 15 carreras con sus 34 imparables.
Pero la tendencia se revirtió de forma contundente en los últimos y decisivos tres encuentros. En el encuentro final en San Luis los Cardenales dieron un festival de hits inefectivos, pues llegaron a conectar 7 pero ninguno sirvió para remolcar a nadie y fueron blanqueados. De regreso a San Francisco la historia parecía repetirse, pues necesitaron 5 imparables para anotar su única carrera en una pésima salida de Carpenter que perdió sus dos encuentros en esta serie, nunca en su carrera había sido derrotado en salidas consecutivas en postemporada.
El séptimo y definitivo juego fue un poco más de lo mismo, Matt Cain saliendo de apuros en situaciones importantes fuese por grandes acciones defensivas o bien ponchando a jugadores clave para sacar outs significativos. No conforme con esto, al bate también aportó su granito de arena e impulsó la segunda carrera de su equipo en el segundo inning.
Al final, resultó que ni el picheo de los Gigantes era tan mediocre como muchos pensábamos, ni la ofensiva de los Cardenales tan poderosa. Además, el MVP de la serie, Marco Scutaro, terminó con promedio de bateo de 500 y ya son 10 los partidos de postemporada consecutivos que lleva consiguiendo al menos un hit, igualando la marca de Cody Ross. Parece que el golpe recibido por Holliday lo motivó y bastante.
Analicemos entonces del segundo al quinto bate de cada equipo y veremos las razones de la victoria Californiana.
Por San Francisco tenemos que el segundo bate es nada más y nada menos que el MVP Marco Scutaro, sin lugar a dudas tuvo una serie brillante, luego le siguen su compatriota criollo Pablo Sandoval, Buster Posey y Hunter Pence; estos dos últimos quizás no estuvieron tan prendidos durante toda la serie pero supieron dar el batazo oportuno, sobretodo Hunter Pence.
Entre los cuatro tuvieron un promedio de 243 impulsando 14 carreras, lo que es igual al 40% de las carreras anotadas por todo el equipo. Eso es lo que se espera de tu lineup estelar, que se enbasen e impulsen carreras cuando el equipo lo necesita.
Por parte de los Cardenales de San Luis tenemos que su lineup del segundo al quinto bate produjo 8 de las 19 carreras anotadas por el equipo, un poco más del 40% pero de una cantidad mucho menor. Con un promedio de bateo casi idéntico, 244, pero una producción mucho menor. Y es que entre el segundo y quinto bate de San Francisco impulsaron casi la misma cantidad de carreras que anotó todo el equipo de los Cardenales.
Como mencioné al principio, la clave fueron los jugadores dejados en base, la falta de hits oportunos o bien la cantidad de hits necesarios para anotar carreras. Mientras los Gigantes requerían de 1.8 hits para anotar una carrera, los Cardenales de San Luis necesitaban un hit más, 2.6, para lograrlo.
En etapas definitivas estos son los pequeños detalles que hacen que un equipo dispute la Serie Mundial y el otro se dedique a verla por televisión. Los Cardenales lucharon y lo tuvieron todo de frente para llevarse la serie, pero el bajón de David Freese, la lesión de Matt Holliday, las molestias de Beltrán terminaron por mermar la ofensiva de un equipo que dependía mucho de ella.
Por su parte San Francisco supo solucionar su principal problema que son sus abridores, con grandes salidas de Cain y Vogelsong parece ser que los Gigantes tienen por lo menos dos buenos abridores en quien confiar, las incógnitas siguen siendo las irregulares salidas de Lincecum y Zito. Que pueden mantenerte a un equipo a la raya durante 7 innings o bien pueden ser vapuleados desde las primeras entradas.
Se viene entonces un duelo criollo por el clásico de otoño. Miguel Cabrera y compañía frente a Marco Scutaro y los suyos ¡un duelo que nadie se querrá perder! ¿Podrá Verlander contra la efectividad de Scutaro? ¿Contendrá Cain el bate del Tigre Cabrera? Mañana se empezará a escribir la historia, sin duda una dulce página para la historia del béisbol venezolano pero también para la MLB en general ¡La suerte está echada! Que gane el mejor.

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