Cuando
todos pensábamos, me incluyo, que la serie por la Liga Nacional estaba decidida
y que la Serie Mundial la disputarían Tigres y Cardenales, los Gigantes de San
Francisco desafiaron todas las probabilidades y remontaron un 3-1 en contra.
El equipo
de Bochy supo reponerse a la adversidad y controlar a la ofensiva de San Luis.
Y es que en los primeros 4 encuentros los Cardenales anotaron 18 Carreras con
31 hits mientras los Gigantes se encargaron de dejar gente en circulación
logrando sólo 15 carreras con sus 34 imparables.
Pero la
tendencia se revirtió de forma contundente en los últimos y decisivos tres
encuentros. En el encuentro final en San Luis los Cardenales dieron un festival
de hits inefectivos, pues llegaron a conectar 7 pero ninguno sirvió para
remolcar a nadie y fueron blanqueados. De regreso a San Francisco la historia
parecía repetirse, pues necesitaron 5 imparables para anotar su única carrera
en una pésima salida de Carpenter que perdió sus dos encuentros en esta serie,
nunca en su carrera había sido derrotado en salidas consecutivas en
postemporada.
El séptimo
y definitivo juego fue un poco más de lo mismo, Matt Cain saliendo de apuros en
situaciones importantes fuese por grandes acciones defensivas o bien ponchando
a jugadores clave para sacar outs significativos. No conforme con esto, al bate
también aportó su granito de arena e impulsó la segunda carrera de su equipo en
el segundo inning.
Al final,
resultó que ni el picheo de los Gigantes era tan mediocre como muchos pensábamos,
ni la ofensiva de los Cardenales tan poderosa. Además, el MVP de la serie,
Marco Scutaro, terminó con promedio de bateo de 500 y ya son 10 los partidos de
postemporada consecutivos que lleva consiguiendo al menos un hit, igualando la
marca de Cody Ross. Parece que el golpe recibido por Holliday lo motivó y
bastante.
Analicemos
entonces del segundo al quinto bate de cada equipo y veremos las razones de la
victoria Californiana.
Por San
Francisco tenemos que el segundo bate es nada más y nada menos que el MVP Marco
Scutaro, sin lugar a dudas tuvo una serie brillante, luego le siguen su
compatriota criollo Pablo Sandoval, Buster Posey y Hunter Pence; estos dos
últimos quizás no estuvieron tan prendidos durante toda la serie pero supieron
dar el batazo oportuno, sobretodo Hunter Pence.
Entre los
cuatro tuvieron un promedio de 243 impulsando 14 carreras, lo que es igual al
40% de las carreras anotadas por todo el equipo. Eso es lo que se espera de tu
lineup estelar, que se enbasen e impulsen carreras cuando el equipo lo
necesita.
Por parte
de los Cardenales de San Luis tenemos que su lineup del segundo al quinto bate
produjo 8 de las 19 carreras anotadas por el equipo, un poco más del 40% pero
de una cantidad mucho menor. Con un promedio de bateo casi idéntico, 244, pero
una producción mucho menor. Y es que entre el segundo y quinto bate de San
Francisco impulsaron casi la misma cantidad de carreras que anotó todo el
equipo de los Cardenales.
Como
mencioné al principio, la clave fueron los jugadores dejados en base, la falta
de hits oportunos o bien la cantidad de hits necesarios para anotar carreras.
Mientras los Gigantes requerían de 1.8 hits para anotar una carrera, los
Cardenales de San Luis necesitaban un hit más, 2.6, para lograrlo.
En etapas
definitivas estos son los pequeños detalles que hacen que un equipo dispute la
Serie Mundial y el otro se dedique a verla por televisión. Los Cardenales
lucharon y lo tuvieron todo de frente para llevarse la serie, pero el bajón de
David Freese, la lesión de Matt Holliday, las molestias de Beltrán terminaron
por mermar la ofensiva de un equipo que dependía mucho de ella.
Por su
parte San Francisco supo solucionar su principal problema que son sus
abridores, con grandes salidas de Cain y Vogelsong parece ser que los Gigantes
tienen por lo menos dos buenos abridores en quien confiar, las incógnitas
siguen siendo las irregulares salidas de Lincecum y Zito. Que pueden mantenerte
a un equipo a la raya durante 7 innings o bien pueden ser vapuleados desde las
primeras entradas.
Se viene
entonces un duelo criollo por el clásico de otoño. Miguel Cabrera y compañía
frente a Marco Scutaro y los suyos ¡un duelo que nadie se querrá perder! ¿Podrá
Verlander contra la efectividad de Scutaro? ¿Contendrá Cain el bate del Tigre
Cabrera? Mañana se empezará a escribir la historia, sin duda una dulce página
para la historia del béisbol venezolano pero también para la MLB en general ¡La
suerte está echada! Que gane el mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario